Uno de los mayores retos que deben afrontar nuestras sociedades a lo largo del siglo XXI es el de la sostenibilidad, con el objetivo de mantener el crecimiento económico de las regiones sin comprometer el futuro de las próximas generaciones. De hecho, esta situación afecta transversalmente a todo el planeta, pero hay algunos países que se están aclimatando mejor a este tipo de cambios.
Por supuesto, la Unión Europea tiene un papel protagonista en todo este proceso, a pesar de que España va un paso por detrás de otras potencias como Alemania, Francia o Bélgica. Sin embargo, dentro de nuestro país la Comunidad Autónoma de Galicia está realizando muchos esfuerzos para adecuarse a las metas que se han propuesto los estados miembros de cara a las próximas décadas.
De esta manera, podemos atrevernos a decir que Galicia se posiciona como uno de los grandes referentes españoles en materia de sostenibilidad, aprovechando las ventajas competitivas que le brinda una situación geográfica espectacular y unas condiciones climáticas favorables. El último ejemplo de todo este proceso se ha podido observar con la Universidad de La Coruña, que se ha situado como una de las cinco universidades más sostenibles de nuestro país y la primera dentro de la propia comunidad autónoma.
Según el último estudio denominado GreenMetric Ranking of World Universities, desarrollado en la Universidad de Indonesia, este centro de La Coruña ocupa el puesto 65 de un total de 911 que se encuentran repartidos por todo el mundo. Gracias a ello, se demuestra la efectividad de las estrategias coordinadas entre la administración pública y el sector privado en la región, que empiezan a obtener resultados valorados a nivel internacional. Eso sí, todavía queda mucho trabajo por delante si queremos que esta universidad se equipare a los líderes de la lista, donde destacan la Universitat Autònoma de Barcelona con el puesto 16 o la Universidad de Alcalá con la posición 24 del ranking.
La tecnología, una gran herramienta para trabajar en favor de la sostenibilidad
Por otro lado, merece la pena señalar que existe un consenso internacional a la hora de situar a la tecnología como la principal herramienta para impulsar la sostenibilidad, ya que el desarrollo de Internet y la innovación tecnológica ofrecen un sinfín de nuevas oportunidades. De hecho, este proceso lleva varios años desarrollándose en la industria del ocio y el entretenimiento, que ha apostado sin reparos por el ámbito digital para diversificarse y desbancar a otros modelos de negocio tradicionales que no han conseguido adaptarse a esta nueva realidad.
Este es el caso de las plataformas de streaming, el comercio electrónico o el iGaming, que se han posicionado como líderes indiscutibles de una industria que no deja de crecer de forma exponencial por todo el planeta. De este modo, cualquiera de nosotros tiene acceso a través de un teléfono móvil a una oferta que era impensable hace un par de décadas, todo ello con una relación calidad-precio contra la que no se puede competir fuera del ámbito digital.
Por ejemplo, si nos centramos en el juego online, podemos disfrutar desde cualquier punto de nuestra geografía de más de diez mil títulos para jugar, incluidas nuevas modalidades de tragamonedas que llaman la atención de nuevos perfiles de usuarios. Estos juegos no solo innovan en el aspecto tecnológico, sino también en la variedad de temas que presentan. Así, encontramos tragaperras para todos los gustos. Asimismo, en Netflix tenemos a nuestra disposición un catálogo prácticamente infinito de series y películas, mientras que Amazon realiza un filtro personalizado para ofrecernos productos que encajen a la perfección con nuestras necesidades.
Un cambio transversal que requiere de nuevos perfiles laborales
Finalmente, no podemos pasar por alto que este tipo de transformaciones requieren el desarrollo de nuevos perfiles laborales, donde el teletrabajo cobra una importancia fundamental. En este contexto, la tecnología vuelve a jugar un papel fundamental, ya que rompe con las barreras físicas para fomentar la comodidad del usuario. Además, gracias a la reducción de la brecha digital y al avance en la democratización de acceso a Internet, cada vez se puede acceder a recursos más innovadores a un precio más accesible.
Por lo tanto, no hay ninguna duda de que Galicia está dando pasos en la buena dirección de cara a potenciar su sostenibilidad, empleando la tecnología como una de las mejores herramientas posibles para el proceso. Aun así, todavía queda mucho trabajo por hacer a nivel nacional, aunque los pronósticos a medio plazo son bastante positivos al respecto.