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Docker Compose, el sistema que ha llegado para revolucionar la programación en empresas

Todas las empresas se han topado alguna vez con ese enorme problema que supone desarrollar una herramienta o una solución informática para su trabajo. Qué entorno de desarrollo usar, evitar problemas de compatibilidad con el sistema operativo, instalar máquinas virtuales, asegurarse de que funcionen... Todo eso suena especialmente pesado para los trabajadores dedicados a ello, así que imagínate para los que se alejan de la informática.

 

Vivimos en una era en la que las soluciones digitales son el motor de prácticamente todo, y más en este 2020 tan complicado y extraño. Por eso, toda solución que haga las cosas un poco más fáciles en este ámbito siempre es bienvenida. Por eso mismo es por lo que Docker Compose se ha vuelto tan popular. Porque hace las cosas más fáciles, porque evita el consumo excesivo de recursos y porque permite a los informáticos hacer su trabajo de forma más ágil.

Pero, ¿qué es Docker-Compose?

Como bien se explica en Docker-compose, conócelo o muere, Docker Compose no es más que un software que permite trabajar a nivel local estableciendo contenedores con los que montar entornos para desarrollar aplicaciones. Generalmente, en una empresa hay varios equipos independientes que deben estar comunicados, sobre todo a la hora de desarrollar cualquier tipo de software, sea web o local.

Justo ahí es donde entra en acción Docker Compose, o más bien Docker. Este último es una plataforma abierta que deja desarrollar, enviar y ejecutar cualquier aplicación. Su peculiaridad reside en que te deja empaquetar el proyecto de software que estés haciendo, con todo lo que pueda necesitar para ejecutarse, en un fichero sencillo, en un contenedor. No necesita ninguna otra aplicación, nada más para poder abrirse.

Surgió en 2013, pero las facilidades que da a la hora de implementar cualquier tipo de aplicación ha hecho que se mantenga como algo realmente popular. Piensa que logra empaquetar cualquier software para seguir trabajando en él o usarlo en cualquier equipo sin complicaciones. No importa lo complejo que sea el programa, lo metes en su paquetito y lo compartes para continuar con el trabajo en cualquier otro equipo de la empresa.

¿Y qué ventajas ofrece?

Para empezar, que los paquetes son muy ligeros. Esos contenedores para los que se emplea Docker-Compose ocupan menos espacio que unos ejecutables tradicionales con su código. Además, dado que sacan partido de los recursos de la máquina que los aloja, funcionan mucho mejor que el método tradicional. Lo habitual en cualquier empresa es que se utilicen máquinas virtuales, que son algo así como simular un ordenador diferente dentro del PC.

Ni que decir tiene que eso consume muchos recursos del equipo y, por lo tanto, impide que las herramientas funcionen a pleno rendimiento. Con Docker esto no pasa. Además, se amolda a los tiempos que corren y permite implementar el software en la nube. Lo compilas donde quieres, lo subes a la red y se puede ejecutar en cualquier parte.

Por otra parte, lo bueno de este sistema es que estos contenedores son totalmente independientes. ¿Qué quiere decir eso? Que puedes modificar por completo uno, retocarlo ligeramente o eliminarlo si lo deseas, incluso reemplazarlo. No pasa nada. Todos los demás seguirán funcionando con sus respectivas funciones y aplicaciones, así que nada debería cortarse en seco. Esto, en caso de estar desarrollando un programa complejo y que requiera revisiones constantes, es muy bueno. La empresa nunca frena por culpa de que el software se haya "caído" al actualizar.

Luego está el hecho de que, aunque conectados por la nube y fáciles de modificar, los contenedores con el código del software de tu empresa son totalmente seguros. Tienen unos sistemas de seguridad bastante agresivos, con fuertes restricciones de acceso. Y todo eso sin tener que aplicar nada ni configurarlo. Ya de por sí están preparados para protegerse con uñas y dientes, lo que da bastante más tranquilidad al negocio.

Un sistema mucho más eficiente, mucho más sencillo, mucho más versátil y mucho más seguro. Desde luego, las ventajas de usar Docker-Compose no son pocas, y es justo por eso por lo que su popularidad no ha hecho más que dispararse desde que llegó al mundo en 2013. Cada vez más negocios lo emplean porque saben que es el camino a seguir, porque el modelo de las máquinas virtuales está cada vez más obsoleto y porque, además, es un sistema completamente abierto.

Un nuevo estándar, que se apoya en la tecnología en la nube y que encaja perfectamente con tiempos de teletrabajo. Ahora, que los equipos están repartidos en sus hogares y que acudir a la oficina no es tan aconsejable, es cuando más importante resulta poder usar la solución de Docket. Los programadores, desde luego, lo agradecen. Y si ellos lo agradecen, también lo hace la empresa, porque su trabajo es precisamente garantizar que esta funcione.

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Categoría: Comunicados
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