El Lugo se topa con la voracidad de Stuani (3-1)

La meta de los ansiados 25 puntos en el horizonte de tres partidos. Enfrente el invicto Girona de Martí y en tu bando hasta siete bajas. Así de mayúsculo era el reto de los albivermellos para asaltar Montilivi en el mediodía del día de la Inmaculada. Fecha señalada también en el calendario del capitán Carlos Pita, que cumplía 35 años. Pero cualquier guion se trunca si encajas antes del primer minuto. Y un malentendido entre Marcelo y Ander, que aprovechó Stuani, fue el prólogo del almuerzo del jugador más determinante de la categoría.

El tanto fue como un rayo helador de los que salen de las manos de Elsa, la protagonista de Frozen. Petrificados se quedaron los albivermellos y el Girona se frotaba las manos en busca de sentenciar el choque por la vía rápida. Pudo cristalizarse ese deseo si Varón Aceitón no anulase por fuera de juego el segundo en la cuenta de Stuani. Un tanto que fue un golpe de fuego para los de Eloy, que desde ese momento egresaron al partido. Y lo hicieron con mando, posesión de balón y buscando sus oportunidades. La partitura era la marcada para el inicio del partido, pero el resultado no e iba a tocar dar un paso más.

Lo buscaron a la vuelta de los vestuarios los lucenses, sobre todo con algún tiro desde la frontal de Tete, pero no terminaban de hacer daño. El Girona les cedió el balón, esperando una contra eléctrica o un zarpazo de Stuani. Y este llegó en unos minutos en los que es prácticamente imposible concatenar tantos infortunios. Primero un penalti de Jaume, recién ingresado en el terreno de juego, en el que la pelota le golpea en el brazo cuando estaba de espaldas y el colegiado señalaba los 11 metros. Lanzamiento a lo Panenka y segundo en la cuenta del uruguayo. Pocos minutos más tarde Grau veía la segunda amarilla y el Lugo se quedaba con 10. Mala fortuna para el joven centrocampista que no pudo frenar en una disputa con Granell. Dos amarillas en solo ocho minutos que dejaban a los lucenses con uno menos. Misión casi imposible.

Y como no hay dos sin tres, el siete gironí se apuntó el hattrick después de una gran jugada de Maffeo. Con todo decidido debutó el jugador del Polvorín, Chiqui. El extremo dio muestras de su descaro y se estrenó con una asistencia a Iriome que hizo el 3-1 definitivo ya con el tiempo agotado.