Las fechas del campeonato vuelan y, como quien no quiere la cosa, el CD Lugo viajaba hasta la Costa del Sol para arrancar la segunda vuelta. De nuevo tocaba verse las caras con uno de los grandes favoritos al ascenso que vivió en sus propias carnes en el Anxo Carro, allá por agosto del año pasado, lo que le esperaba en la categoría: mucha igualdad y mucho sufrimiento. Entonces los de Muñiz firmaron la primera de su espectacular racha de victorias en el arranque liguero y lo hicieron dando la vuelta al marcador ante un Lugo que mereció más.

En esta ocasión los de Monteagudo volvían a visitar uno de los grandes estadios de la categoría, La Rosaleda, y lo hacían con la misma personalidad que mostraron en Riazor en el día de Reyes. El 11 del técnico manchego, que hizo debutar al recién incorporado Gerard Valentín, se dispuso compacto y sin fisuras sobre el terreno de juego desde el pitido inicial. El juego frontal de los malacitanos se estrellaba contra Josete y Miguel Vieira y los albivermellos no sufrían. Pero o quedaba ahí la cosa, porque los lucenses eran una amenaza constante con la velocidad por banda de Lazo e Iriome, lanzados por un centro del campo en superioridad numérica con Pita, Azeez y Seoane.

Y la amenaza se convirtió en realidad con una jugada de pura raza de Josete. El central ilicitano fue con fe a un rechace a la salida de un córner, le robó la cartera a Munir y supo definir a la media vuelta como si de un killer del área se tratase. Ni 10 minutos en el reloj y los visitantes se ponían por delante. Muchos fantasmas para los locales con el recuerdo de la derrota ante el Reus a la vuelta de Navidad y las posibilidades se abrían para los de Monteagudo. Las cabalgadas de Lazo eran siempre un peligro y el Málaga, que comenzaba a ser cuestionado por La Rosaleda, sólo inquietó con una falta de Lombán que sacaba pegada a la cepa del poste Juan Carlos.

A la vuelta de vestuarios los lucenses mostraban con algunas buenas triangulaciones que podían desesperar a la parroquia local pero, cuando no se había llegado al 50, la pegada de los de Muñiz frustraba el plan trazado. Centraba Ricca desde la izquierda, la bajaba Blanco Leschuk y Adrián entraba con fe en el área pequeña para sellar la igualada. El delantero argentino volvía a ser protagonista, minutos después, en una de las jugadas determinantes del encuentro. Josete cortaba una cabalgada del 9 malaguista y Moreno Aragón expulsaba al central ilicitano. Quedaban 20 minutos de sufrimiento estoico.

Pero esta vez la muralla lucense no evitar que el rival hiciese sangre. Fue tras un centro de Pacheco que Jack Harper remachaba de cabeza al fondo de la red. Restaban 10 minutos y el conjunto albivermello, hoy de rosa, no bajo ni mucho menos los brazos. Primero fue Iriome a la salida de un córner quien tuvo el empate, pero Munir salvó con una gran intervención el cabezazo del de Icod de los Vinos. Y posteriormente llegó la jugada que dejó un mayor poso amargo entre la expedición gallega. Campillo enviaba un saque de esquina al corazón del área, Herrera controlaba, y el disparo del grancanario lo repelía Harper bajo palos con las manos. Moreno Aragón no señaló pena máxima en una jugada que en LaLiga Santander hubiese sido revisada por el VAR. Ahí murieron las posibilidades de un empate que, sobre el campo, los hombres de Monteagudo merecieron por méritos propios.