El escritor alicantino José Luis Belmonte presenta su obra Distopia al peu de la Vella, una novela que plantea una historia de amor extraño e imposible en mitad de un pueblecito español. Un romance dramático con puntos de luz que muestra lo mejor y lo peor que puede ofrecer el alma humana.

La novela se plantea en dos espacios temporales. El presente de la historia es el año 2099, una sociedad futura en la que vive Joan, un niño de 15 años, con su familia. El niño pregunta a su abuelo por los graves conflictos ocurridos 80 años antes, en el 2019, de los que fue testigo. La historia se traslada entonces al pasado para ubicar al lector en el germen de los hechos históricos. 

El anciano relata que a raíz de los problemas territoriales en varias zonas de España, comienzan graves y recurrentes disturbios públicos que se complican cada vez más. La ciudadanía escora sus votos a los extremos y un partido conservador consigue el gobierno. Todo esto coincide con manifestaciones en toda España por culpa de asuntos y problemas económicos que no están siendo atendidos por el desorden, la violencia y el caos.  Las diferencias entre bandos opuestos provocan altercados violentos en las calles que se van intensificando hasta que la situación llega al límite del control. El gobierno saca al ejército a las calles y declara estado de sitio, pero no consigue controlar las insurrecciones y comienza la guerra.

En Crevillente, un pueblecito de Alicante, la situación es la misma que en el resto de España. Sin embargo, algo es diferente. Un amor extraño e imposible surge entre dos diputados de partidos contrarios. Algo que podría ser complicado en circunstancias normales se convierte en una lucha a muerte para defender un sentimiento puro encerrado en un ambiente general de rabia, violencia y frustración. Ambos deberán enfrentarse a los prejuicios y la intolerancia de sus compañeros y allegados para defender su amor, y ese amor será un alegato a favor de la tolerancia y el respeto a las diferencias que nos separan de los demás.

La novela de José Luis Belmonte es un llamado a la templanza y a no cometer los mismos errores del pasado. Hemos evolucionado en el tiempo y deberíamos haberlo hecho también en inteligencia para conseguir entendernos sin llegar a enfrentamientos violentos como los de antaño.
Belmonte utiliza el juego del tiempo y del entorno familiar de los personajes para hacer hincapié en que las generaciones deben educarse unas a otras, es la forma natural del hombre para aprender de los errores de la especie y que las buenas costumbres no se abandonen por el camino.

También es un elogio a la cultura y a las lenguas. Una manera de entender que el saber no pertenece a ninguna idea política, sino a las personas. Todos los conocimientos enriquecen, nunca deberían ser utilizados para excluir, sino para expresarnos más certeramente, para integrarnos mejor con los demás y conseguir comprender sus ideas y sus actos.