Según datos actualizados de Augas de Galicia, en el plazo deun año se han detectado 21 nuevos puntos de vertido hacia las rías, agravando un panorama ya muy complicado y que pone en entredicho la eficacia del Plan de Control de Vertidos (PCV).18 rías han sido chequeadas y los puntos negros tan solo se han reducido en 4, pasando de 253 a 249, lo que representa un evidente fracaso de toda la política de saneamiento de las Rías,que ven incrementada año tras año la carga contaminante que reciben y que aumenta el fenómeno de la eutrofización.

 Rías como O Barqueiro, Viveiro, Ares, Ferrol, Coruña, Muros o Corcubión ofrecen en 2020 peores datos que en 2019, ya queaumentan los puntos de vertidos ilegales en 13, provocando unaumento intolerable de la contaminación difusa. Los esfuerzosde la Xunta se centran en Arosa y Vigo que, a pesar de todo,reúnen entre las dos hasta 79 cloacas.

La carga contaminante media será este año de 17 euros y 89céntimos —importe total que suma el gravamen por volumen,materias en suspensión, materias oxidables, nitrógeno, fósforo,sales solubles, metales y materias inhibidoras— frente a los 17,39 euros de hace diez años. El IPC ha subido en este periodo untope que permite fijar la tasa real que se tendría que abonar en20,39 euros.Semejante bicoca fiscal hace dificil que las empresas mássucias progresen adecuadamente en el objetivo de vertido cero,que no se alcanzaría (al ritmo que llevamos) hasta el año 2.083.